En
este artículo explicaré como afrontar una sesión en el río con técnicas simples
y tradicionales pero efectivas. En numerosas ocasiones, nos dejamos llevar por los
productos más demandados en cuanto a cebos, montajes y estrategias que aparecen
en todos los medios de comunicación como las revistas, vídeos, Internet, etc.
Al utilizar una técnica popular podemos pensar que la sesión podría resultar un
éxito, pero puede tornarse en un fracaso estrepitoso sin que entendamos el
motivo. La clave consiste en no dejarse llevar por la influencia de las marcas
en los consumidores y dedicarse a la formación como carpista en tareas
fundamentales como la observación y el análisis del puesto. Estas tareas nos
llevarán a visualizar los saltos, burbujeos y otros movimientos que delaten la
presencia de las carpas. Estas “señales” nos indicarán que la zona observada es
de tránsito y/o alimentación de los peces y por lo tanto un punto caliente o
“hot spot”. Otras áreas que han sido clásicamente fructíferas son las pozas y
grandes hoyos en los ríos y, por supuesto, en el propio cauce. En estas
autopistas subacuáticas los peces se desplazan y es donde pararán a tomarse “el
bocadillo”. Históricamente son numerosas las capturas que se han llevado a cabo
en estas zonas y hay que tenerlas siempre en mente y no subestimarlas…
CEBADO:
Para
esta ocasión preferí plantear una estrategia clásica, basada exclusivamente en
el boilie. Éste aporta una alimentación completa a los peces y selecciona un
poco el tamaño. No quería introducir semillas, y a pesar de que sabía que los
peces entraban muy bien a los cebaderos de este tipo, desestimé su uso. En esta
estrategia quería seleccionar un poco más la talla ayudándome de un cebado basado en sólo bolas
de calidad. Antes de iniciar la sesión de pesca y con la idea de cebado en
mente, preparé en un cubo una mezcla de boilies “Odissey XXX y Live System” en
18mm y 14mm a partes iguales. Estos serían los boilies que utilizaría en el
cebado e incluso para anzuelar. La mezcla dulce-salado en el pasado siempre fue
sinónimo de picadas, ¿por qué no iba a funcionar en la actualidad? Por otro
lado le añadí una base líquida de “Minamino” y “Marine Amino Compound”. Con
esta mezcla los dejaría hidratarse un par de días para que fuesen absorbiendo
todos los aminoácidos y vitaminas que le daban un potentísimo olor a la mezcla.
El siguiente paso es la elección
del puesto mediante un sondeo. Este rastreo lo llevaré a cabo en aquellas zonas
en las que he visto movimiento y que pueden ser interesantes. Tendremos en
cuenta profundidades, zonas y altura de algas,
calvas, corrientes, etc. Esto será básico para conocer a fondo el puesto, para
lanzar nuestro “engaño” y para combatir nuestras capturas con seguridad fuera
de enganches. Con ayuda de un tirador o con el mítico cobra introduciré todo el
cebo en los lugares elegidos. Esta táctica de cebado en la que solo se utilizan
boilies es bastante fructífera en zonas de algas donde los peces se ven
obligados a buscar el alimento.
OBSTÁCULOS:
Si hay presencia de enganches como árboles,
piedras o algas densas y muy altas, y además se añade una fuerte corriente
nocturna, lo más adecuado será pescar con las cañas en alto intentando “librar”
la mayor parte de los obstáculos. Cuando hay enganches de por medio necesitamos
tener en cuenta unos elementos importantes de nuestro equipo. En primer lugar, la línea (min. 0.40mm) será de una buena
resistencia tanto al roce como al nudo, y es muy posible que nos veamos
forzados a intentar sacar alguna captura del obstáculo y necesitemos un hilo
que nos dé seguridad y una potencia extra. El uso de shockleaders de 0.60mm en
adelante no lo desestimo si la zona es realmente complicada. Por otro lado, las
populares “orejas” o “snag ears” para las alarmas, cumplen su función y ayudan
a mantener las cañas en su sitio frente a una fuerte picada lateral, al igual
que los agarracañas para afianzar el equipo y evitar sustos.
Por último, debemos dejar los
frenos de los carretes ligeramente apretados si el enganche es lejano, o
prácticamente cerrados si el riesgo de enganche es inminente. Esto impedirá que
la carpa en el trascurso de la picada se enganche y demos la captura por perdida
antes de tocar las cañas. En estas difíciles situaciones, debemos estar lo más
cerca posible de las cañas para no dar tregua al pez y no ceder ni un sólo
metro de línea que impediría cumplir nuestro objetivo.
MONTAJES:
Debido a la fuerte corriente, me
decanté por usar unos plomos tipo “grippa” de 6 OZ. Aunque pueda parecer un peso
excesivo, el uso de este tipo de lastre es imprescindible ya que otro tipo rodaría por el lecho del río y
sería arrastrado por la corriente. El mayor inconveniente es que el montaje se
mueva y se quede probablemente enganchado e inutilizado en un manto de algas. Otro
elemento importante son los lead clips, estos deben cumplir a la perfección su
cometido soltando el plomo y liberándonos del enorme lastre para trabajar mejor
las capturas y sobre todo con más garantías. Un enorme plomo de 6 OZ que cuelga
y se arrastra con un bajo muy largo por el fondo y por los obstáculos puede ser
sinónimo de pérdida asegurada.
En cuanto a los bajos de línea, he optado por utilizar unos “combi-rig” de
una longitud de unos 30 cms. Aunque puedan parecer unos bajos excesivamente
largos, con la abundante presencia de algas prefiero utilizar esta longitud ya
que evitarán que el cebo penetre en el manto. De esta manera conseguiré una
presentación sobre ellas mucho más atractiva. Los cebos de anzuelar fueron los
preparados “Odissey XXX” combinados con un “Northern Special pop-up” de color rojo
en 12mm o un granito de maíz de goma para darle un toque más llamativo.
Para asegurarme que la presentación
es perfecta utilicé unas pequeñas mallas de PVA con boilies picados, su
objetivo era forrar el anzuelo y evitar enganches.
Sólo
hace falta tener paciencia y confiar en nosotros mismos, las capturas con una
estrategia correcta y un poco de suerte, deben llegar solas.
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