Muchas veces nos dejamos llevar
por fotos espectaculares de peces impresionantes que nos hacen desear y soñar
con esas memorables capturas. Es algo normal, a nadie le amarga un dulce. Pero
más allá de nuestra euforia y deseo por la captura, en ocasiones se olvida lo
más importante, que lo primordial es el pez. Son muchos los carpistas que se
hacen llamar así, pero son pocos los verdaderamente practicantes que piensan
primero en el pez y luego en ellos… Es cuestión de valores y de respeto.
Por este motivo he querido
dedicar un artículo al cuidado del pez, algo que deben aprender desde el inicio
los nuevos practicantes de la modalidad y también debería ser algo que no
olvidasen nunca los más veteranos…
EQUIPO:
Es importantísimo llevar un
equipo adecuado que garantice la seguridad del pez, sino no deberíamos estar en
la orilla intentando la captura de un ejemplar que no sabemos tratar como se
merece. En primer lugar hablaremos de los elementos imprescindibles que todo
pescador de carpfishing debería llevar durante sus jornadas.
Antes de iniciar la acción de
pesca debemos tener montada la sacadera de grandes dimensiones. Nunca sabemos
cuándo se va a producir la ansiada picada y debemos estar preparados sobre todo
si estamos pescando solos y no contamos con ayuda. Unido a este elemento va la
inseparable moqueta que debe estar desplegada y preparada para poder recibir la
captura en cualquier momento. De poco nos sirve tener la sacadera montada sino
podemos depositar la captura en un lugar seguro sin causarle daño por el
terreno. La moqueta debe ser de grandes dimensiones y tener un buen acolchado,
si permite su plegado o cierre también es una ventaja. En el mercado se
comercializan las moquetas tipo bañera, donde el pez queda controlado
perfectamente y fuera de todo riesgo, para mí son las más recomendables. De este
modo, si el pez está agitado y nervioso no se saldrá de la moqueta y estará
protegido por el acolchado. El uso de antisépticos también es recomendable ya
que ayuda en la cicatrización de las posibles heridas (labio, descamaciones…) ocasionadas
durante la pelea. Por lo tanto, el conjunto sacadera, moqueta, antiséptico
serán nuestros aliados y son los elementos básicos que todo carpista debería
llevar consigo en cualquier sesión.
MANIPULACIÓN:
La pesca nocturna es muy bonita,
pero si pescamos de noche hay que tener todo más controlado si cabe. El uso de grandes
sacos de retención no sólo cumplen la función de guardar las carpas por la
noche y sacarlas por la mañana para hacernos la foto, también ayuda a los peces
a recuperarse del tremendo esfuerzo al que les hemos sometido. Hay que tener
especial cuidado cuando introducimos los peces en el agua. Debemos asegurarnos
que hay profundidad suficiente (cuanta más profundidad mejor) para que en caso
de fuerte viento el pez no quede a merced del oleaje y acabe en la orilla. Por
otro lado debemos asegurarnos que los sacos están bien atados a una pica
resistente, lamentablemente he conocido
casos de pescadores que han perdido sus sacos de retención con el ejemplar
dentro, condenándolos a una muerte segura… Son cosas que jamás deberían
suceder, pero suceden y son fruto de la irresponsabilidad.
No podemos descuidar la captura en
la moqueta para irnos a buscar los sacos de retención, la báscula, la cámara de
fotos… El pez podría saltar de la moqueta y sufrir daños irreparables como son
la pérdida de escamas, rotura de aletas, sangrado de branquias o incluso daños
internos que pueden provocarles
la muerte... Hemos ido a disfrutar de la pesca y de las capturas no a acabar
con ellas!! Hay que tener todo preparado y controlado pero especialmente si
pescamos en zonas abruptas de rocas. No será la primera vez que un “carpista”
hace carpa cuero de una común o la embadurna en tierra como si fuesen
croquetas…
Una vez con la captura controlada
en la moqueta, si pretendemos guardarla en un saco de retención debemos mojarlo
previamente al igual que la moqueta. Si introducimos al pez en el saco y está
seco, le quitará la capa mucosa que tiene el pez. Esta mucosa es muy importante
para los peces, voy a explicar las funciones que desempeña este “traje
viscoso”. En primer lugar es
la mucosa la que actúa como protección contra la penetración de los agentes
patógenos (bacterias, parásitos, hongos). Además de ello protege la piel contra
la abrasión producida por condiciones inadecuadas en el agua (modificaciones
del pH, dureza, salinidad, temperatura, etc). Cuando esas modificaciones
superan los niveles soportados por la mucosa protectora, esta se desprende y el
organismo responde produciendo mayor cantidad, mayor densidad o viscosidad de
la mucosa. Es por esto que la mucosa ofrece al pez un escudo protector natural
y resulta tan importante que no lo deterioremos. Igualmente importante es
humedecer al pez en la moqueta en su manipulación, en pleno verano con más de
30º al sol los peces deben estar protegidos de la luz solar y debemos
hidratarlos para que la mucosa no se seque, tener siempre preparado un pequeño
cubo de agua es de gran ayuda.
FOTOGRAFÍA:
En este artículo no voy a explicar nada
relacionado con técnicas de fotografía sino quiero destacar unas nociones
básicas para un fotografiado seguro del pez. En primer lugar debemos mojar
nuestras manos antes de manipularlo y evitar la pérdida de la mucosa del pez.
Si la carpa se encuentra muy agitada lo mejor es cubrirla en la moqueta y tapar
sus ojos con el saco de retención o pesaje. Esto les suele tranquilizar
bastante ya que la luz solar les molesta y estar fuera de su medio también… Hay
que ser conscientes que después de una noche en el saco de retención donde han
recuperado fuerzas su manipulación puede ser realmente complicada sobre todo con
grandes ejemplares. Si el pez no se tranquiliza lo mejor es devolverlo a su
medio sin arriesgar su salud. Una bonita foto soltando la captura también es
símbolo del buen carpista.
Si el pez se ha relajado debemos intentar hacer
las fotos en el menor tiempo posible y devolver al pez rápidamente a su medio.
De esta manera minimizaremos el riesgo de sufrirle daños. La posición para un
correcto agarre es en cuclillas o apoyando una rodilla en el suelo para mayor
seguridad, siempre con el pez encima de la moqueta y a la menor altura del
suelo, con una mano debajo de la cabeza del pez a la altura de las aletas
pectorales y otra sujetándolo ligeramente de la aleta anal. De este modo si el
pez se mueve durante el fotografiado podremos echárnoslo hacia el cuerpo para
protegerlo de una caída o depositarlo en la moqueta para evitarle daños.
Una vez fotografiado debemos soltarlo
cuidadosamente hasta que por sí sólo se aleje de nuestra presencia, nunca
abandonéis una captura sin estar seguros de su correcta devolución.
Es una lástima ver como algunas capturas tienen
cicatrices y heridas de una mala manipulación por nuestra parte, es una lástima
acabar con la vida de un pez por un descuido, acabar con la vida de ese
pez que lleva tantos años nadando en nuestras aguas, ese pez que ha sido
capturado más de una decena de veces y ha dado tantas alegrías, ese pez que
ante todo es un ser vivo que extraemos de su medio natural para nuestro
disfrute, ese pez que algún día podría ser un récord con el que soñamos…
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